El derbi madrileño entre Atlético de Madrid y Real Madrid, disputado en el Estadio Metropolitano, estuvo marcado por la tensión y la polémica tras incidentes que obligaron a suspender temporalmente el encuentro. El partido, que comenzó con cierta monotonía, pasó de lo intrascendente a lo caótico cuando Éder Militão anotó el primer gol del encuentro para el Real Madrid. Posteriormente, Thibaut Courtois, portero del Real Madrid, entregó al árbitro dos mecheros arrojados desde la zona del Frente Atlético, lo que derivó en la interrupción del juego. Al finalizar, el marcador indicó un empate 1-1, con un gol de Correa en tiempo de descuento, pero el ambiente seguía enrarecido por las constantes agresiones verbales y físicas hacia Courtois.
Tras el partido, Carlo Ancelotti, entrenador del Real Madrid, justificó la decisión del árbitro de parar el juego y destacó la importancia del empate para su equipo. Vinícius Júnior fue objeto de silbidos y abucheos por parte de la afición, aunque la atención se centró especialmente en el acoso a Courtois, quien tuvo un pasado polémico con el Atlético. El portero fue criticado por Diego Pablo Simeone y sufrió una lesión que será evaluada próximamente. El enfrentamiento, que prometía ser un espectáculo deportivo, se vio empañado por los incidentes y dejó una sensación negativa tanto en el campo como en las gradas, ilustrando una de las facetas más tóxicas del fútbol moderno.
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