Los elementos de un conjuro encontrados en una vivienda fueron enviados al Instituto Anatómico Forense para su análisis, pero su origen sigue siendo un misterio. Tras una investigación exhaustiva, los expertos no lograron determinar la identidad del autor del maleficio, lo que ha llevado a los juzgados a archivar el caso por falta de pruebas concluyentes. Esta decisión ha generado cierta controversia, ya que algunos creen que podría tratarse de un asunto serio, mientras que otros lo ven simplemente como una curiosidad sin mayor relevancia.
El hallazgo de estos objetos rituales ha suscitado el interés de la comunidad, pero la falta de información concreta impide avanzar en la investigación. Las autoridades han asegurado que mantendrán vigilada la situación por si surgen nuevos indicios, pero por ahora el caso queda cerrado. La noticia ha generado diversas opiniones entre los vecinos, algunos de los cuales han expresado su preocupación por posibles implicaciones de seguridad y bienestar en la zona.
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