La creciente intensificación del conflicto en Líbano, provocada por la guerra de Israel contra Hezbolá, ha impulsado a diversos países occidentales a implementar planes de evacuación para sus ciudadanos. Francia, aunque no ha emitido una orden formal de evacuación, ha preparado contingencias en torno a Chipre y el aeropuerto de Beirut, además de considerar la evacuación a través de Turquía. Alemania ha evacuado a personal no esencial y a ciudadanos en situación de vulnerabilidad médica, facilitando su salida en vuelos comerciales disponibles. Grecia y el Reino Unido, por su parte, han instado a sus nacionales a dejar el país de inmediato, con Grecia preparando una fragata para asistencia y el Reino Unido desplazando soldados y barcos a Chipre para extender su presencia en la región.
Italia ha reducido su personal diplomático innecesario en Beirut, reforzando las medidas de seguridad y solicitando garantías a Israel sobre la protección de sus soldados de mantenimiento de la paz en la zona. Estados Unidos ha desplegado tropas en Chipre, anticipando posibles escenarios de evacuación. Australia, con alrededor de 15,000 ciudadanos en Líbano, ha urgido a su gente a salir mientras el aeropuerto de Beirut permanezca operativo, contemplando también la evacuación marítima. Canadá se ha aliado con Australia en un plan que incluye un buque comercial capaz de transportar a 1,000 personas diarias. La situación crítica en Líbano ha llevado a estos países a tomar medidas urgentes para garantizar la seguridad de sus ciudadanos.
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