El Centro del Medioambiente La Talaverona fue, este fin de semana, el vibrante epicentro de la IV Gran Plantación Familiar de Las Rozas, un evento que congregó a más de 2.000 personas comprometidas con el medioambiente y el verdor de su municipio. En esta edición, los participantes unieron fuerzas para expandir las áreas verdes de la ciudad, plantando 1.500 árboles y arbustos autóctonos, como encinas y quejigos. Sin embargo, la novedad este año no fue solo la cantidad de especies plantadas, sino también la incursión de hortalizas y verduras de temporada, como lechugas, rábanos y coliflores, en los huertos del centro.
Organizado con la colaboración de la Fundación LifeTerra y los voluntarios del Club Joven Ambientum de Las Rozas, el evento buscó no solo embellecer el espacio urbano, sino también educar y concienciar sobre la importancia de la sostenibilidad. Los voluntarios asistieron a los participantes en la plantación y geolocalización de los ejemplares, lo que permitirá realizar un exhaustivo seguimiento de su crecimiento y contribución al ecosistema local.
La jornada, que fue un verdadero festival de comunidad y naturaleza, también ofreció una gama de actividades recreativas y educativas para todas las edades. La Escuela Municipal de Danza Pilar López animó el ambiente con sus coreografías, mientras que las clases de relajación permitieron momentos de paz y conexión con la naturaleza. La propuesta musical en directo y la limonada gratuita hicieron del evento un lugar de encuentro y disfrute en familia.
José de la Uz, alcalde de Las Rozas, destacó durante el evento la importancia de estas actividades, afirmando: “En Las Rozas tenemos un plan de reducción de la huella de carbono para ser neutros en emisiones antes de 2030. Y además de nuestra estrategia de sostenibilidad para el municipio y todos los edificios municipales, organizamos actividades, como esta cuarta plantación, que nos han permitido plantar 16.000 árboles en los últimos años gracias a la ayuda y al compromiso de los vecinos”.
La iniciativa no solo refleja el compromiso del municipio con el medio ambiente sino también el vigor de una comunidad dispuesta a actuar frente al cambio climático, embarcándose en un camino hacia la neutralidad de carbono, un objetivo cada vez más urgente y necesario. La Gran Plantación Familiar es, sin duda, un ejemplo inspirador de cómo las acciones locales pueden contribuir a metas globales más amplias.