En un movimiento significativo poco antes de dejar su puesto, el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, ha decidido retirar a Cuba de la lista de países que promueven el terrorismo. Esta acción, a pocos días del regreso de Donald Trump al poder, busca facilitar la liberación de presos cubanos mediante un proceso mediado por el Vaticano. La decisión también incluye la suspensión de la capacidad de los ciudadanos estadounidenses de demandar la expropiación de sus propiedades en Cuba y el levantamiento de ciertas sanciones financieras. La Casa Blanca ha expresado expectativas de que estas medidas aceleren la liberación de un número considerable de detenidos, incluidos aquellos involucrados en las protestas de julio de 2021.
Esta decisión responde a peticiones de múltiples socios internacionales, como la Unión Europea, España, Brasil y Canadá, quienes han solicitado el cambio desde hace varios años. Cuba había sido excluida de esta lista en 2015, durante la administración de Obama, en un esfuerzo por mejorar las relaciones bilaterales, pero fue reincorporada por Donald Trump en 2021 debido a la presencia de miembros de la guerrilla colombiana ELN en la isla. La pertenencia de Cuba a la lista resulta en severas restricciones económicas y diplomáticas. Miguel Díaz-Canel, presidente de Cuba, ha calificado esta inclusión como injustificada, resaltando sus implicaciones económicas para el país. En respuesta a las acciones de Biden, el presidente cubano ha mantenido sus exigencias para que su nación sea eliminada del mencionado listado.
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