En una reciente declaración, el exmandatario de Estados Unidos, Donald Trump, volvió a generar polémica al afirmar, sin pruebas y con tintes xenófobos, que la comunidad haitiana en Springfield, Ohio, consume perros, gatos y aves de los parques públicos. Este desvarío fue comparado con antiguos rumores infundados sobre la comunidad china en Madrid y ha sido ampliamente criticado por su falta de fundamento y el racismo subyacente. Mientras Trump continúa en una espiral de desinformación y xenofobia, figuras políticas como Kamala Harris han logrado desmentir sus afirmaciones con argumentos sólidos, exponiendo el racismo, machismo y autoritarismo que caracterizan sus comentarios.
En contraste, en México, el Senado protagonizó una jornada tumultuosa con la aprobación de una controversial reforma judicial. Este acto fue criticado por su dudosa legitimidad y el uso de medios cuestionables para obtener los votos necesarios, como supuestos arreglos con delincuentes. La situación refleja un panorama preocupante en el que la reforma se celebra sin considerar la ética o el impacto real sobre la violencia y el crimen organizado en el país. La propuesta de una intervención culinaria para Trump y su aliado Vance, sugiere un intento sarcástico de exponer la absurda lógica detrás de sus declaraciones, al tiempo que se critica el manejo político tanto en Estados Unidos como en México.
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