Las fuerzas políticas proeuropeas — que incluyen a socialdemócratas, populares y liberales — acordaron este lunes que la evaluación de los seis candidatos a vicepresidencias de la Comisión Europea, entre ellos Teresa Ribera, se llevará a cabo de manera conjunta tras la realización de las respectivas audiencias. Este enfoque postergará la votación sobre si Ribera asumirá el cargo, un proceso que comenzará tras su audiencia programada para el martes por la tarde. Los acuerdos entre las tres principales familias políticas buscan asegurar que los equilibrios ideológicos y geográficos dentro de la Comisión se mantengan al contar con el apoyo mutuo crítico para la aprobación de sus candidatos. Esta estrategia busca evitar que figuras controversiales para ciertos grupos, como el italiano Raffaelle Fito, sean excluidas de la alineación propuesta por la presidenta Ursula Von der Leyen.
El Partido Popular (PP) ha interpretado este aplazamiento como una victoria, ya que había estado presionando intensamente en Bruselas para complicar el camino de Ribera hacia el cargo europeo. Sin embargo, fuentes socialistas indican que el acuerdo alcanzado era conocido por todas las partes, restando peso a la afirmación del PP de que fue un logro suyo. En este contexto de tensiones, la audiencia de Ribera es un evento crucial. Durante la misma, la ministra española deberá defender su candidatura ante las preguntas de los eurodiputados de diversas comisiones que abordan temas clave, como los Asuntos Económicos y Monetarios, Medio Ambiente, y Energía, entre otros. La intensidad del escrutinio por parte de opositores del PP incluye temas adicionales como su gestión de la DANA, aumentando así la presión sobre su presentación.
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