Damian Lillard, estrella de los Milwaukee Bucks, enfrenta la perspectiva de perderse lo que resta de la temporada de la NBA debido a una trombosis venosa profunda detectada en su gemelo derecho. El jugador se encuentra bajo tratamiento con medicación anticoagulante, lo que lo mantiene alejado de la competición de forma indefinida. Este revés es un duro golpe para los Bucks, ya que Lillard es su segundo máximo anotador, solo superado por Giannis Antetokounmpo. A pesar de la estabilización del trombo gracias a la medicación, Lillard deberá someterse a pruebas periódicas para evaluar su recuperación. La situación de Lillard remite a la reciente baja de Victor Wembanyama de los San Antonio Spurs por una afección similar. En el panorama actual, existe una incertidumbre significativa sobre el futuro deportivo del jugador, ya que los tratamientos anticoagulantes limitan la participación en deportes de contacto como el baloncesto.
El gerente general de los Bucks, Jon Horst, ha enfatizado que la prioridad es la salud de Lillard, asegurando el apoyo del equipo durante su recuperación. La identificación rápida del problema y su tratamiento aportan esperanza respecto a su retorno a la cancha, aunque su participación en la temporada actual está en duda. Esta lesión de Lillard se suma a un historial reciente de desventuras en los playoffs para los Bucks, quienes en los últimos años han enfrentado eliminaciones prematuras debido a lesiones clave, incluyendo las de Antetokounmpo. Actualmente, Milwaukee ocupa la quinta posición en la Conferencia Este con un récord de 41 victorias y 30 derrotas, y aunque prácticamente tienen asegurada su clasificación para los playoffs, la ausencia prolongada de Lillard podría impactar sus aspiraciones al título. Con solo 11 partidos restantes en la temporada regular, los Bucks podrían enfrentarse a potentes rivales como los New York Knicks, Indiana Pacers o Detroit Pistons en la primera ronda, un desafío que deberán sortear sin una de sus principales figuras.
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