La reciente destrucción de uno de los cazas F-16 entregados por Estados Unidos a Ucrania se ha convertido en el principal motivo de preocupación en el conflicto en Europa del Este. La pérdida de esta aeronave de combate avanzada subraya la vulnerabilidad de la flota ucraniana y plantea serias dudas sobre la efectividad de la ayuda militar occidental en la región. Este incidente podría tener implicaciones significativas para la estrategia de defensa de Ucrania en su lucha contra las fuerzas invasoras.
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