Una histórica nevada paralizó Madrid este jueves, dejando capas de nieve de hasta 20 centímetros en algunas zonas, algo no visto en décadas. Desde la madrugada, la capital ha estado cubierta por un manto blanco que ha afectado gravemente al transporte público y privado. Las autoridades han decidido suspender las clases en todas las escuelas y han recomendado a los ciudadanos que eviten salir de sus hogares si no es estrictamente necesario. Muchas carreteras, incluidas algunas de las principales vías de entrada y salida de la ciudad, han estado cortadas durante horas, provocando atascos y un caos generalizado. Las temperaturas, que han llegado a caer por debajo de los cero grados, complican las labores de limpieza y rescate, mientras los servicios de emergencia están desbordados atendiendo incidentes relacionados con la acumulación de nieve.
Ante esta situación, el Ayuntamiento de Madrid y la Comunidad han puesto en marcha un plan de emergencia para hacer frente a las adversidades provocadas por este fenómeno meteorológico extremo. Se han desplegado más de mil operativos para despejar las vías principales y se han habilitado refugios temporales para las personas sin hogar. Sin embargo, la previsión meteorológica no es alentadora, ya que se espera que continúen las nevadas intermitentes durante las próximas 48 horas. Este evento ha reavivado también el debate sobre el cambio climático y la preparación de las ciudades para afrontar fenómenos meteorológicos extremos que, según los expertos, podrían volverse más frecuentes a medida que avanzan los años. Las autoridades han hecho un llamado a la calma y a la colaboración ciudadana mientras se trabaja para volver a la normalidad.
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