Al menos 14 personas perdieron la vida y más de 700 resultaron heridas tras una fuerte explosión en el puerto de Shahid Rajai, ubicado en Bandar Abbas, un relevante centro petrolero en el sur de Irán. La explosión, ocurrida en la zona de aduanas al mediodía, generó una gran nube negra y escenas de pánico entre los presentes. Según Hossein Zafari, portavoz de la Organización Nacional de Gestión de Crisis, las primeras investigaciones sugieren que contenedores de productos químicos fueron la causa del incidente. La detonación fue tan intensa que se escuchó en un radio de 50 kilómetros, afectando a edificios y vehículos en la proximidad. El vicepresidente iraní, Mohamad Reza Aref, ha exigido una investigación exhaustiva para esclarecer las causas y dimensiones del siniestro.
Las operaciones en el puerto han sido suspendidas temporalmente para permitir la intervención de las fuerzas de seguridad. Sin embargo, la Compañía Nacional de Refinado y Distribución de Petróleo de Irán ha asegurado que sus actividades continúan con normalidad en Bandar Abbas. Este desafortunado evento coincide con una reunión de delegaciones iraníes y estadounidenses en Omán, centrada en las negociaciones de un acuerdo nuclear, en las que Teherán busca poner fin a las sanciones y demostrar el carácter pacífico de su programa nuclear. La relación entre ambos sucesos no ha sido establecida, pero destaca la relevancia de Bandar Abbas, un puerto que ya sufrió un ataque cibernético en 2020 atribuido a Israel.
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