La operadora saudí Saudi Telecom Company (STC) ha dado un paso más en su estrategia de inversión en Telefónica. Tras mantener un año de silencio desde su entrada inicial, la compañía árabe ha solicitado permiso al Gobierno español para incrementar su participación en la teleco española hasta el 15%, lo que la convertiría en el principal accionista de la empresa.
Según informó el ministro de Economía, Comercio y Empresa, Carlos Cuerpo, STC ha presentado una petición formal para aumentar su presencia en el accionariado de Telefónica. Actualmente, la operadora saudí posee un 4,5% de forma directa y al menos otro 5% en derivados financieros.
La solicitud, que se está analizando en el seno del Gobierno, se ha canalizado a través del Ministerio de Defensa debido a las características específicas de la operación y la naturaleza estratégica de Telefónica.
De concretarse este aumento de participación, STC no solo se convertiría en el accionista mayoritario de Telefónica, sino que también podría aspirar a tener representación en el Consejo de Administración. Con un 15% del capital, la empresa saudí tendría derecho a solicitar dos puestos en el órgano de gobierno de la teleco española.
Esta situación plantea un desafío para el Gobierno español, que deberá decidir si otorga los permisos necesarios y si permite la entrada de representantes de STC en el Consejo, considerando las implicaciones estratégicas que esto conlleva.
La movida de STC se produce poco después de que José María Álvarez-Pallete, presidente de Telefónica, admitiera públicamente que la empresa saudí no había dado señales de vida desde su entrada inicial hace un año.
Es importante destacar que la participación de STC se canaliza a través del fondo soberano PIF, controlado por el príncipe heredero Mohammed bin Salman, lo que añade un componente geopolítico a la operación.
A pesar del potencial aumento de la participación saudí, la suma de las participaciones de la SEPI (10%), Criteria (9,9%) y BBVA (4,8%) aseguraría un 24,7% del capital en manos españolas, lo que podría servir como garantía de la «españolidad» de la compañía.
La pelota está ahora en el tejado del Gobierno español, que deberá sopesar cuidadosamente los pros y contras de permitir una mayor influencia saudí en una empresa considerada estratégica para el país. La decisión que se tome podría tener importantes repercusiones tanto a nivel empresarial como diplomático.