En un ambiente cargado de expectación y creatividad, Las Noches del Botánico fue el escenario de una colaboración artística que deslumbró por su belleza e inspiración. Los artistas recrearon su obra conjunta con una meticulosa atención al detalle, ofreciendo al público una experiencia musical visualmente enriquecedora. Sin embargo, la magia del evento se vio opacada por lo breve del concierto, que, aunque brillante, dejó a los asistentes con ganas de más.
El clímax del espectáculo fue interrumpido de manera abrupta por una tormenta inesperada que obligó a suspender el evento. El clima adverso frustró las esperanzas de extender el deleite musical de una noche que prometía ser inolvidable. A pesar de la interrupción, la calidad artística quedó grabada en la memoria colectiva de los presentes, quienes se llevaron un retazo efímero de lo que pudo haber sido un concierto monumental.
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