Salvador Plasencia, médico implicado en la muerte de Matthew Perry, ha aceptado declararse culpable de suministrar ketamina al actor, cuyo fallecimiento en octubre de 2023 conmocionó a fans y colegas. Documentos legales presentados en Los Ángeles revelan que Plasencia distribuyó ilegalmente grandes cantidades de la droga, que alcanzaron precios exorbitantes, a Perry y a su asistente. El médico, que operaba en Malibú, no ha hecho aún su declaración oficial, pero enfrenta cuatro cargos, incluidos alteración y falsificación de documentos en la investigación de la muerte del actor. Perry murió ahogado en su piscina tras recibir una dosis letal de ketamina, una sustancia que había usado en dosis controladas para tratar la ansiedad.
La investigación del caso también involucró a Mark Chávez, otro médico, y tres personas más, quienes enfrentan severas penas. Entre ellos, Kenneth Iwamasa, asistente del actor; Erik Fleming, un conocido traficante, y Jasveen Sangha, apodada «La reina de la ketamina». Chávez ya se ha declarado culpable de conspiración, al igual que otros dos implicados, mientras que Sangha mantiene su inocencia. Tras descubrirse el esquema, se evidenció cómo Plasencia y Chávez traficaron con la sustancia, cobrando hasta 200 veces su costo real. Perry, de 54 años, era conocido por su lucha contra las adicciones, una batalla que detalló en sus memorias donde narró su trayectoria entre la fama y la sobriedad.
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