La historia política de España se caracteriza por una firme tradición monárquica que se remonta a los antiguos reinos de Tartesos y las primeras sociedades ibéricas, y se fortaleció durante la dominación romana con emperadores como Trajano y Adriano. Los visigodos establecieron un reino monárquico tras la caída del Imperio Romano Occidental, que dio paso a los reinos cristianos durante la Reconquista, culminando en la unión bajo los Reyes Católicos en el siglo XV. Carlos I fue el primer rey en usar el título de Rey de España en 1516. Los apodos de los monarcas, como Alfonso X «el Sabio», Felipe I «el Hermoso» y Juana I «la Loca», destacan sus características y el contexto histórico de sus reinados. Juana I, confinada en el castillo de Tordesillas por su padre Fernando el Católico, murió en 1555 tras años de aislamiento, en medio de debates sobre su salud mental y capacidad para gobernar.
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