En Guinea Ecuatorial, un escándalo sexual de proporciones colosales ha estallado con la filtración de 400 vídeos comprometidos que han puesto en entredicho a figuras del entorno gubernamental. Baltasar Ebang Engonga, conocido como «Bello», ha sido el protagonista de las grabaciones, que lo muestran manteniendo relaciones sexuales con numerosas mujeres, incluidas esposas de altos funcionarios del país, en lugares tan variopintos como su despacho oficial y hoteles. La publicación de los vídeos ha desencadenado un terremoto político justo en un momento crítico para el país, donde el debate sobre la sucesión del presidente Teodoro Obiang, en el poder desde 1979, cobra cada vez más importancia.
La repercusión ha sido tal que el gobierno ecuatoguineano ha declarado la prohibición de actividades sexuales en las oficinas oficiales y ha tomado medidas drásticas como la suspensión de funcionarios involucrados. El vicepresidente, Teodoro Nguema Obiang, ha prometido implementar sistemas de vigilancia y reforzar las leyes para proteger la integridad del servicio público. Mientras tanto, Engonga, ahora en prisión preventiva, enfrenta cargos por corrupción, sumando otro capítulo a la historia oscura de un país conocido por su brutalidad y corrupción. En este esquema de poder, algunos observadores sostienen que la filtración sirve a intereses políticos internos en la pugna por la sucesión presidencial.
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