El gabinete de seguridad israelí ha aprobado un controvertido plan del primer ministro Benjamín Netanyahu para ocupar la ciudad de Gaza, lo que ha generado reacciones internacionales. El primer ministro británico, Keir Starmer, ha calificado la decisión de «equivocada» y ha instado a Israel a reconsiderarla de inmediato, destacando la creciente crisis humanitaria en Gaza y las terribles condiciones de los rehenes detenidos por Hamás. Por su parte, Turquía ha condenado enérgicamente el plan, acusando a Netanyahu de avanzar hacia un «genocidio en Gaza» y pidiendo al Consejo de Seguridad de la ONU que tome medidas vinculantes contra Israel. Además, el alto comisionado de Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Volker Türk, ha exigido el cese inmediato del plan israelí, advirtiendo sobre las graves consecuencias humanitarias y la escalada de violencia que podría desencadenarse.
Londres ha reiterado su postura en contra de las acciones militares israelíes y ha advertido que reconocerá el Estado palestino si no se alcanza un alto el fuego en Gaza antes de septiembre. Starmer ha enfatizado la necesidad de un alto el fuego y una negociación que lleve a una solución de dos Estados para garantizar la paz en la región. Mientras tanto, ha hecho un llamamiento a la desmilitarización de Hamás y ha subrayado que una solución sostenible requiere que ambas partes negocien de buena fe. La comunidad internacional se mantiene atenta, mientras la situación sigue siendo tensa y el futuro incierto para ambos lados del conflicto.
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