En un emotivo evento que simboliza un paso adelante hacia la integración sociolaboral, se ha llevado a cabo la entrega de diplomas a 39 alumnos que finalizaron con éxito un curso centrado en fomentar una cultura preventiva inclusiva. Esta ceremonia, organizada de manera conjunta por el Instituto Regional de Seguridad y Salud en el Trabajo (IRSST) y la Fundación Juan XXIII, refuerza el apoyo institucional hacia personas en situación de vulnerabilidad psicosocial.
El acto, que tuvo como escenario las instalaciones de la Fundación, estuvo presidido por Martha Pulido Pingarrón, secretaria general del IRSST, Alberto Muñoz Ruiz, director de Formación para el Empleo de la Fundación Juan XXIII, y Antonio Granados García, miembro del servicio de Prevención Propio de la misma institución. Estos líderes fueron los encargados de entregar los diplomas, que reconocen el esfuerzo y la dedicación de los participantes en este proyecto formativo que ya ha celebrado tres exitosas ediciones a lo largo del año.
El curso proporcionó a los alumnos las herramientas y conocimientos necesarios para utilizar equipos de seguridad, colaborar eficientemente con compañeros y llevar a cabo prácticas que minimizan los riesgos en el entorno laboral. Esta formación, igualitaria y de calidad, se traduce en un considerable impulso para los beneficiarios, cuyo entorno laboral ahora se ve potencialmente fortalecido.
Esta iniciativa se enmarca dentro del compromiso del IRSST de la Comunidad de Madrid, alineándose con los objetivos de su VI Plan Director. El enfoque se centra en mejorar las condiciones de trabajo para colectivos con capacidades diferentes y en avanzar hacia una sociedad regional donde el trabajo seguro y digno sea una realidad accesible para todos sus ciudadanos.
El evento no solo celebró el logro académico de los participantes, sino que también subrayó la importancia de integrar a todos los individuos, sin importar sus condiciones, en la vida laboral. Este tipo de acciones refuerzan una cultura inclusiva y preventiva, que no solo mejora la seguridad en el trabajo, sino que también enriquece el tejido social al dar voz y oportunidad a quienes más lo necesitan.