El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha iniciado su ronda de encuentros bilaterales con presidentes autonómicos con una reunión en La Moncloa junto a Alfonso Rueda, el líder de la Xunta de Galicia y sucesor de Alberto Núñez Feijóo. En el encuentro, Rueda ha establecido una línea roja clara: los populares se niegan a negociar bilateralmente cuestiones de financiación con Sánchez y han solicitado la convocatoria de una Conferencia de Presidentes y del Consejo de Política Fiscal y Financiera (CPFF). Además, Rueda ha expresado su oposición al concierto económico pactado entre el PSC y ERC. Sánchez ha respondido asegurando que la convocatoria de la Conferencia de Presidentes es «inminente» y se centrará en temas de vivienda, dejando claro que la arena adecuada para discutir la financiación es el CPFF.
Esta reunión se produce en un contexto donde 13 barones del Partido Popular se han puesto de acuerdo en no negociar individualmente la financiación autonómica, con la sospecha de que Sánchez intenta seducirles con la condonación de la deuda. La decisión colectiva es que la financiación autonómica solo se discutirá en la Conferencia de Presidentes o en el CPFF, manteniendo una postura unificada frente al gobierno central. Este consenso refleja la estrategia del Partido Popular de evitar divisiones internas y presentar un frente sólido en sus relaciones con el Ejecutivo central.
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