La escalada bélica entre Israel y Hizbulá ha alcanzado nuevos niveles de intensidad. En una serie de eventos que marcan la creciente conflictividad en la región, Israel lanzó un ataque con drones sobre la capital libanesa, Beirut, tras recibir el impacto de 150 cohetes en su territorio. El ministro israelí de Defensa, Yoav Gallant, confirmó que el foco de la guerra se ha desplazado hacia el norte, en la frontera con el Líbano, donde se encuentra Hizbulá. El objetivo del reciente ataque israelí fue un barrio en el sur de Beirut, donde una explosión masiva provocó una gigantesca columna de humo. Según la agencia libanesa NNA, el ataque resultó en la trágica pérdida de al menos cinco niños, víctimas del derrumbe de un edificio bombardeado.
Las Fuerzas de Defensa de Israel (IDF) han afirmado que el ataque fue selectivo y de alto valor militar, y aseguraron que no se han registrado víctimas por los recientes ataques con cohetes de Hizbulá. Este no es un incidente aislado; Israel ya había atacado Beirut en junio, lo que resultó en la muerte del jefe militar de Hizbulá, Fuad Shukr. La milicia proiraní ha enfrentado una de las semanas más devastadoras, con dos oleadas de ataques que han dejado 37 muertos y más de 3,000 heridos. Explosiones de dispositivos en poder de milicianos y afines a Hizbulá sembraron el caos y la desesperación, acentuando la gravedad de un conflicto que parece lejos de resolverse.
Leer noticia completa de Internacional en El Independiente.