Los datos sobre el empleo en marzo de 2025 presentan una situación que genera cierto optimismo, aunque sin alcanzar máximos históricos. Durante este mes se generaron 161.500 nuevos empleos, lo que apunta a una mejora perceptible en el mercado laboral. A pesar de que marzo suele ser un mes favorable para el empleo debido al arranque de diversas actividades económicas, este año la tardía Semana Santa retrasó algunas contrataciones que normalmente se realizarían en este período. Sin embargo, el país concluye el mes con 21,35 millones de personas ocupadas, lo que indica la firmeza del mercado laboral.
A pesar de estas cifras positivas, un examen más minucioso del panorama laboral muestra matices menos favorables. La reducción del desempleo ha sido marginal, con una disminución de solo 13.311 personas, situando el total de desempleados en 2,58 millones. Esta cifra representa el nivel más bajo para un mes de marzo desde 2008, pero también destaca la constante dificultad para reducir el desempleo en relación con la creación de nuevos puestos de trabajo. En el sector servicios, particularmente en la hostelería, se observa una notable incorporación de trabajadores, incluso antes del inicio completo de la temporada turística de Semana Santa. Aun así, se está gestando una positiva tendencia hacia contrataciones más estables en sectores estacionales.
Es crucial mencionar la importancia de diversificar la mejora del empleo hacia sectores de mayor calidad y con más perspectiva de crecimiento, como la industria, tecnología e innovación. Esto ayudaría a mitigar la dependencia tradicional de las actividades turísticas y de consumo. Además, se mantiene una disparidad significativa entre regiones en términos de recuperación del empleo, lo que sugiere que las oportunidades laborales no están distribuidas equitativamente en todo el territorio nacional.
Ante el positivo impulso de marzo en el ámbito laboral, el contexto económico, caracterizado por una inflación persistente y altas tasas de interés junto con la cautela de las empresas para contratar, subraya la necesidad de no limitarse a los resultados actuales. La construcción de un futuro laboral próspero, con empleos estables, bien remunerados y equitativamente repartidos por el país, requerirá políticas laborales más ambiciosas, una mayor inversión en formación y un respaldo específico al empleo juvenil. Solo así se podrá superar la tendencia estacional y avanzar hacia un progreso sostenible y justo.