El Partido Acción Nacional (PAN), el instituto político más antiguo de México, busca revivir su relevancia política a través de un relanzamiento publicitario que, según analistas, carece de sustancia y comprensión del actual contexto nacional. En un evento realizado en el emblemático Frontón México, el actual líder, Jorge Romero, anunció la ruptura de alianzas con el Partido Revolucionario Institucional (PRI), apostando por un camino solitario que podría albergar una nueva etapa protagónica para el PAN. Sin embargo, la retórica de Romero, impregnada de un lenguaje grandilocuente sobre defender a México, la familia y las libertades, parece no convencer a quienes critican la falta de sacrificios significativos de un partido que intenta distanciarse de las presidencias fallidas de Vicente Fox y Felipe Calderón.
En el encuentro, el PAN intentó evocar a figuras históricas del partido mediante un truco de inteligencia artificial que reproducía mensajes de Manuel Gómez Morín, Luis H. Álvarez y Manuel J. Clouthier, instando a los panistas a no rendirse. Este esfuerzo, sin embargo, subraya la desconexión con la realidad actual, en la que los votantes, cada vez más inclinados hacia Morena, perciben al PAN como un organismo ensimismado. Romero admitió que los estados gobernados por el PAN han reducido su mancha azul y prometió agilizar las afiliaciones mediante una aplicación digital, pero la duda persiste sobre si tales estrategias atraerán nuevos miembros o simplemente reflejarán una retórica vacía. En un contexto donde la figura presidencial de Claudia Sheinbaum es bien recibida, el reto para el PAN será demostrar su legitimidad y capacidad de reformulación como un partido verdaderamente opositor y comprometido con el debate y las ideas frescas que mueven la ciudadanía.
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