El dirigente de Castilla-La Mancha ha manifestado que no participará en los procesos internos del partido, desmarcándose así de las decisiones que afectan al futuro del secretario general. Esta postura refleja una clara intención de mantenerse al margen de la disputa interna, a pesar de la importancia del apoyo regional en la conformación de la dirección nacional del partido. La medida podría interpretarse como un intento de evitar tensiones, aunque también podría ser vista como una falta de respaldo en un momento crucial para la estabilidad de la organización.
Por otro lado, los dirigentes de Aragón y Extremadura no han aclarado si respaldarán con su firma la continuidad del secretario general, manteniendo así la incertidumbre sobre su postura en este proceso decisivo. La falta de confirmación por parte de estos líderes regionales sugiere una posible división interna y la búsqueda de una estrategia que mejor se alinee con sus propios intereses y los de sus territorios. La indefinición de ambos podría impactar significativamente en el resultado final, reflejando un partido en plena deliberación sobre su futuro y liderazgo.
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