NVIDIA ha dado un nuevo impulso en la carrera por la inteligencia artificial a gran escala con la presentación de su chip Blackwell Ultra. Este avance no solo representa un salto en tecnología, sino que inaugura lo que NVIDIA denomina la «era de las fábricas de IA», donde infraestructuras masivas podrán entrenar y operar modelos multimodales con billones de parámetros, ofreciendo servicios en tiempo real a miles de millones de usuarios.
El Blackwell Ultra destaca por su innovador diseño dual-retícula, que integra dos dies de tamaño máximo unidos por una interconexión NV-HBI de 10 TB/s. Este diseño permite que el chip funcione como un único acelerador programable con CUDA, sumando en total 208.000 millones de transistores, un incremento significativo respecto a sus predecesores.
En el interior, el corazón del chip consiste en 160 multiprocesadores de streaming, cada uno equipado con 128 CUDA Cores y Tensor Cores de quinta generación, optimizados para formatos de baja precisión. La nueva arquitectura permite una impresionante capacidad de 15 PetaFLOPS en NVFP4, superando 1,5 veces al estándar de Blackwell y 7,5 veces a las versiones Hopper anteriores.
NVIDIA ha mejorado el rendimiento de las unidades matemáticas para el cálculo de softmax, un componente crucial en los modelos transformadores, duplicando su eficiencia y alcanzando 10,7 teraexponenciales por segundo. Esta optimización reduce significativamente el tiempo necesario para obtener respuestas en modelos conversacionales, mejorando además la eficiencia energética.
El Blackwell Ultra también marca un hito en capacidad de memoria, con 288 GB de HBM3e por GPU y un ancho de banda de 8 TB/s, permitiendo alojar modelos de hasta 300.000 millones de parámetros y mejorar la capacidad de respuesta en inferencias con alta concurrencia.
La interconexión avanzada con NVLink 5 proporciona un ancho de banda bidireccional de 1,8 TB/s por GPU, permitiendo configuraciones de hasta 576 GPUs interconectadas sin bloqueo. Además, ofrece integración con CPUs Grace y compatibilidad con PCIe Gen6, facilitando el diseño de clústeres masivos para entrenamiento e inferencia.
En cuanto a seguridad y fiabilidad, el Blackwell Ultra permite particionar la GPU en múltiples instancias con memoria dedicada mediante su tecnología MIG, y extiende entornos de ejecución confiables con TEE-I/O, protegiendo datos sensibles. Además, utiliza inteligencia artificial para predecir fallos y optimizar mantenimientos.
NVIDIA ha integrado el Blackwell Ultra en diversas configuraciones, destacando el Grace Blackwell Ultra Superchip y el rack GB300 NVL72, que alcanza 1,1 exaFLOPS en FP4 y está diseñado para gestionar flujos de trabajo de IA a gran escala.
En términos económicos, el chip promete una reducción del 50% en el coste energético por token, un detalle crucial en un contexto donde entrenar IA de última generación puede implicar enormes inversiones en infraestructura y energía. NVIDIA asegura que este avance beneficiará a múltiples sectores económicos, desde la sanidad hasta el entretenimiento, marcando el estándar para la próxima década de innovación en inteligencia artificial.
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