NVIDIA ha tomado un paso significativo hacia el futuro del ecosistema Linux al comenzar a trabajar en la compatibilidad temprana de sus próximas GPU «post-Blackwell» a través de su nuevo controlador de kernel, Nova. Este controlador, desarrollado abiertamente en Rust y con intenciones de upstream, introduce una serie de cambios técnicos de gran calado, como el tránsito del registro histórico NV_PMC_BOOT_0 al NV_PMC_BOOT_42. Este cambio no solo redefine cómo se identifican las arquitecturas de GPU venideras, sino que allana el camino para las generaciones futuras que serán conocidas bajo el nombre clave «Rubin».
El paquete de parches, encabezado por el ingeniero John Hubbard, no es un mero ajuste técnico. Esta adaptación es crucial para que Nova pueda manejar de forma estable arquitecturas desde Turing en adelante y estar listo para las GPU que seguirán a Blackwell. El cambio conlleva una reescritura de la lógica de selección del controlador, documentando la evolución de los registros de arranque de las GPU de NVIDIA y cómo el código debe comportarse según la era arquitectónica.
Nova, concebido como sucesor de Nouveau, representa el intento de NVIDIA de integrarse más profundamente en el ámbito open source de Linux. Programado en Rust, Nova se centra en la seguridad y robustez, aspectos críticos en el desarrollo de drivers de kernel. Además, busca superar la brecha que tradicionalmente ha existido en el soporte gráfico abierto de NVIDIA en Linux.
La transición del registro NV_PMC_BOOT_0 a NV_PMC_BOOT_42, más allá de ser un cambio técnico, significa una simplificación y fortalecimiento del sistema de detección de GPU. Este movimiento no solo aligera el código, sino que promete estabilidad para las generaciones futuras sin necesidad de modificaciones constantes.
Desde un contexto industrial, el hecho de que los parches aparezcan tan pronto es un indicativo de la evolución y madurez del proceso interno de NVIDIA. Esta anticipación permite evitar acumulaciones de deuda técnica antes del lanzamiento de las nuevas arquitecturas.
Para los usuarios finales, estos parches forman parte de una obra de infraestructura, más que una actualización que mejore el rendimiento inmediato. Sin embargo, son sumamente importantes para distribuidores, mantenedores y desarrolladores del ecosistema, ya que preparan el terreno para reconocer e iniciar las futuras GPU.
El desarrollo de Nova en Rust, junto con la adopción temprana de BOOT42, optimiza la seguridad y promueve una limpieza en el código, asegurando una base más sólida para el reconocimiento y soporte de las nuevas GPU. Aunque NVIDIA aún no confirma públicamente el nombre de «Rubin» para las siguientes GPU, el cambio a BOOT42 sugiere la preparación para una nueva era post-Blackwell.
Para aquellos interesados en el avance de esta tecnología, seguir el desarrollo del kernel mainline y mantener expectativas realistas es clave. Aunque estos avances no implican una mejora inmediata en rendimiento, son esenciales para asegurar que las nuevas generaciones de GPU encajen perfectamente en el ecosistema Linux en el futuro cercano.
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