Las empresas eléctricas están evaluando el proceso iniciado por la Comisión Europea, que busca determinar las necesidades de inversión en el sector energético del continente. Esto se produce en un contexto de preocupación por una potencial crisis de mano de obra, que podría afectar significativamente la capacidad de estas empresas para cumplir con las demandas y modernizaciones requeridas. La situación es crítica, ya que la industria enfrenta presiones crecientes para integrar energías renovables y mejorar infraestructuras obsoletas, un esfuerzo que requiere tanto recursos financieros como humanos.
La Comisión ha subrayado la importancia de un diagnóstico claro de las inversiones necesarias para asegurar la estabilidad y sostenibilidad del suministro energético en Europa. Las eléctricas están conscientes de que sin una fuerza laboral adecuada y bien formada, la transición energética podría sufrir atrasos significativos. Además, la competencia global por profesionales calificados en el sector añade una capa de complejidad, impulsando a las empresas a considerar estrategias innovadoras para atraer y retener talento en un mercado laboral cada vez más competitivo.
Leer noticia completa en El Mundo.