España tiene una tradición particular al servir el café acompañado de un platillo, un elemento con raíces históricas profundas. Este pequeño plato no solo sostiene la cuchara o el azúcar, sino que antaño se utilizaba para enfriar el café rápidamente, permitiendo su consumo más ágil. La historia del café en España se remonta a los siglos XVII y XVIII, cuando la bebida, originaria de África y difundida por los árabes, llegó a Europa y finalmente a la península ibérica gracias a los italianos que acompañaban a los Borbones. Las primeras cafeterías en ciudades como Madrid y Cádiz se convirtieron en centros de reunión y debate, aunque el café no se popularizó ampliamente hasta el siglo XX. Inicialmente, los españoles preparaban el café de manera rudimentaria, vertiendo agua caliente sobre café molido en una olla. Hoy, el café es una bebida esencial en la rutina diaria de muchos, disfrutado en casas y bares, siempre con su característico platillo.
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