La delegada de Obras y Equipamientos, Paloma García Romero, junto al concejal del distrito Centro, Carlos Segura, ha visitado hoy el flamante circuito infantil de seguridad vial, una nueva instalación que Madrid Calle 30 ha puesto en marcha en el paseo del Prado. La iniciativa busca sensibilizar a los más jóvenes sobre la importancia de conocer y respetar las normas de tráfico, promoviendo así una movilidad responsable y segura. Esta tarea, según han insistido las autoridades, requiere del compromiso conjunto de conductores, pilotos, ciclistas y peatones.
El circuito, ubicado entre Neptuno y Atocha, ha sido diseñado con un enfoque lúdico para atraer y educar a los niños mediante el juego. Incluye equipamiento como semáforos, señales de tráfico, pasos de peatones y un túnel que simula el de la M-30. La dinámica del proyecto tiene como objetivo estimular la curiosidad de los menores, enseñándoles las normas de circulación de una manera interactiva y accesible.
Uno de los puntos destacados de la presentación ha sido Trenty, la mascota de la iniciativa, que ha jugado un papel fundamental en captar la atención y el interés de los pequeños participantes. Con actividades divertidas y educativas, Trenty ha logrado mantener a los niños atentos y entusiastas mientras aprendían sobre seguridad vial.
Paloma García Romero y Carlos Segura destacaron la importancia de iniciativas como esta para construir una comunidad más segura y consciente de las necesidades de movilidad. Subrayaron que la educación vial desde edades tempranas no solo mejora la seguridad de los niños como peatones y ciclistas, sino que también fomenta en ellos un sentido de responsabilidad y respeto hacia los demás usuarios de la vía pública.
La instalación del circuito en una ubicación tan emblemática como el paseo del Prado busca también atraer la atención de las familias y los turistas, haciendo de este espacio una referencia en educación vial en la capital. Las autoridades han indicado que esperan que esta iniciativa sea la primera de muchas, y se mostraron optimistas respecto al impacto positivo que tendrá en la comunidad.
Con estas actividades, Madrid reafirma su compromiso con la educación vial y la seguridad de todos sus ciudadanos, independientemente de su edad. Esta iniciativa ejemplifica cómo la ciudad puede integrar la enseñanza y la diversión, creando un entorno donde aprender sobre seguridad vial se convierte en una experiencia positiva y memorable para los más pequeños.
