En un duelo que sorprendió a los aficionados, la Real Sociedad se impuso 1-0 al Barcelona en el Reale Arena, destacándose la figura de Takefusa Kubo como un pilar esencial en el esquema del equipo local. Sin poder contar con Lamine Yamal, lesionado, el Barcelona se mostró desdibujado en el campo, incapaz de replicar el dominio habitual que ha mantenido en los últimos años en San Sebastián. La contienda, inicialmente marcada por los antecedentes estadísticos que auguraban una ventaja para los visitantes, mostró una realidad distinta. El único gol del partido, anotado por Sheraldo Becker tras una cadena de errores defensivos del Barça, reflejó la presión y efectividad donostiarra frente a la desconexión ofensiva del conjunto azulgrana, que pese a manejar el balón no logró profundizar ni concretar en la ofensiva.
El técnico del Barcelona, Flick, intentó ajustes posicionales para contrarrestar la situación, optando por cambios estratégicos como la inclusión de Dani Olmo en el segundo tiempo para revitalizar un ataque que jamás encontró su ritmo sin la chispa creativa de Lamine. Sin embargo, el esfuerzo resultó insuficiente frente a una Real Sociedad que, aunque mostró fragilidad en ciertas fases del partido, se sostuvo sólidamente gracias a Kubo, quien además de construir peligrosas jugadas de ataque, brindó asistencias clave. A pesar de su dinamismo, a los de Imanol Alguacil les faltó precisión en la definición para aumentar la ventaja. La clara oportunidad perdida frente a Oyarzabal dejó el marcador abierto pero inamovible, sellando la segunda derrota de la temporada para un Barcelona que extrañó intensamente la habilidad y creatividad de su joven estrella, Lamine Yamal.
Leer noticia completa en El Pais.