Fernando Simón ha regresado a la esfera pública en medio de la crisis generada por la DANA en Valencia. Aunque se encuentra de baja actualmente, su influencia sigue presente a través de su incorporación al grupo de coordinación de respuesta de Salud Pública, creado para afrontar los brotes infecciosos resultado de las aguas estancadas tras el fenómeno climático. Sin embargo, la responsabilidad directa en el terreno ha recaído en María José Sierra, jefa de área del Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias (CCAES). Sierra, junto a otros expertos de la Generalitat Valenciana, lidera los esfuerzos para prevenir brotes en una población severamente afectada, donde 600.000 personas sufrieron cortes en el suministro de agua y aún quedan 7.000 sin acceso al recurso.
En un contexto de tensiones políticas añadidas, el presidente de la Generalitat, Carlos Mazón, rectificó públicamente la recomendación de la ministra para la Transición Ecológica, Teresa Ribera, respecto al consumo de agua. Mientras que el gobierno central sugirió hervir el agua, Mazón abogó por el consumo de agua embotellada debido a los riesgos de contaminación asociados con el lodo, mezcla de residuos agrícolas y aguas fecales, en el área afectada. Este tipo de crisis sanitaria subraya la complejidad de coordinar respuestas efectivas, tanto en el manejo de recursos hídricos como en la salud pública, donde la experiencia previa de Simón durante la pandemia del Covid-19 vuelve a ser relevante, aunque la memoria de sus errores persista, tal como su subestimación inicial del virus.
Leer noticia completa en OK Diario.