Un monasterio en Gilet, Valencia, fue escenario de un violento ataque que resultó en la muerte de uno de sus habitantes, el padre Juan Antonio, de 76 años. El incidente ocurrió alrededor de las 10:00 horas cuando un hombre logró entrar al recinto, sorprendiendo a los monjes poco después del desayuno. Según testimonios, el asaltante comenzó a golpear brutalmente a los frailes, dejando un rastro de sangre por las paredes del convento. Fray Ángel, el cocinero del monasterio, describió el lugar como una «escena de un atentado terrorista», enfrentándose al atacante y utilizando su móvil para pedir ayuda, lo que finalmente asustó al agresor y lo hizo huir. A pesar de la rápida actuación de Fray Ángel, el padre Juan Antonio falleció en el Hospital Clínico de Valencia debido a un traumatismo craneoencefálico.
El agresor fue descrito como un hombre alto, con brazos tatuados, y fue rápidamente identificado y detenido por las autoridades. Se trata de un individuo con antecedentes policiales y que padece brotes psicóticos, habiendo protagonizado anteriormente situaciones violentas en Sagunto. Aunque el ataque dejó tres monjes más heridos que fueron atendidos en el Hospital de Sagunto, Fray Ángel asegura mantener su fe en la bondad del ser humano a pesar de la tragedia vivida. La comunidad del monasterio ha recibido numerosas muestras de apoyo y solidaridad, afirmando que el amor y la comprensión de las personas han sido fundamentales para enfrentar el impacto del violento suceso.
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