Este miércoles, Wyoming utilizó su monólogo en El Intermedio para reflexionar sobre las similitudes entre la fiebre del oro del siglo XIX en Estados Unidos y la actual situación en España, donde los ladrillos han sustituido al metal precioso. Recordó cómo miles de buscadores de fortuna abandonaron todo para perseguir su sueño de riqueza en California y destacó que hoy en día, los fondos de inversión están adquirendo propiedades en el país con el mismo afán especulativo, dejando a su paso un rastro de ilusiones destrozadas y proyectos de vida frustrados.
El presentador hizo hincapié en las consecuencias de esta nueva «fiebre del oro», señalando que entre los afectados se encuentran ancianos desalojados de geriátricos en Barcelona para hacer espacio a turismo lucrativo. Wyoming criticó el modelo que transforma ciudades en «resorts» despojados de familias y vida comunitaria, y concluyó instando a un gobierno que se autodenomina progresista a proteger los derechos de los ciudadanos, enfatizando que la vivienda debe considerarse una necesidad básica y no solo un activo comercial.
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