Chile se encuentra en una situación crítica debido a una serie de incendios forestales que han devastado gran parte de su territorio, en una semana caracterizada por temperaturas extremas. La última actualización de las autoridades chilenas reporta la muerte de una persona y la destrucción de 38 viviendas a causa de las llamas. En respuesta a la gravedad de los incendios, el presidente Gabriel Boric declaró un estado de emergencia preventivo en las regiones de Maule y Ñuble y un toque de queda en la región de La Araucanía, donde hay indicios de que algunos incendios podrían haber sido provocados intencionalmente. Hasta el momento, 14 individuos han sido arrestados en diferentes regiones del país bajo sospecha de haber iniciado los incendios.
La Araucanía ha emergido como la región más afectada, concentrando 13 de los 22 focos de incendios en combate, según la Corporación Nacional Forestal. El municipio de Collipulli, a 580 kilómetros al sur de Santiago, ha sido el más dañado, con el fuego amenazando áreas pobladas. El gobierno ha tomado medidas adicionales imponiendo toques de queda en más de una docena de municipios en La Araucanía, limitando así la movilidad nocturna. La ministra del Interior, Carolina Tohá, ha indicado posibles motivaciones territoriales detrás de algunos incendios en esta región, conocida por el conflicto mapuche. Las investigaciones continúan, mientras el país enfrenta el desafío de controlar la propagación de estos desastres.
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