El cierre del gobierno federal en Estados Unidos alcanzó un récord histórico, coincidiendo con un hito electoral en Nueva York, donde Zohran Mamdani fue elegido como el primer alcalde socialista y musulmán de la ciudad. Esta situación refleja el tenso clima político en el país, donde el Partido Demócrata intenta reafirmarse tras su derrota frente a Donald Trump en las elecciones presidenciales de hace un año. El actual cerrojazo ha superado los 35 días del pasado cierre de 2018 y ha tenido lugar mientras los republicanos, liderados por el speaker Mike Johnson, decidieron cerrar la Cámara de Representantes, aumentando la parálisis gubernamental. Por su parte, el Senado, con votaciones infructuosas, busca cerrar las brechas con los demócratas, que insisten en proteger los subsidios de Obamacare y evitar recortes a Medicaid.
Mientras las negociaciones para reabrir el gobierno permanecen estancadas, las consecuencias del cierre se agravan. Unos 750,000 empleados federales enfrentan suspensiones sin sueldo, y la Administración Trump no garantiza el pago retroactivo habitual. En tanto, la situación en los aeropuertos se complica con retrasos significativos y el programa SNAP, crucial para 42 millones de estadounidenses, se ve diezmado después de que Trump anunciara un pago parcial. Los esfuerzos por abolir el filibusterismo parlamentario en el Senado aparecen en el horizonte, una medida que podría tener repercusiones políticas significativas en el futuro.
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