El huracán Helene ha dejado una estela de devastación a su paso por el sureste de Estados Unidos, cobrándose la vida de cerca de 210 personas en lo que ya se considera el segundo huracán más letal del último medio siglo en el país, superado solo por el catastrófico Katrina. Desde su llegada a las costas de Florida hace una semana, Helene ha barrido con su furia seis estados: Carolina del Norte, Carolina del Sur, Georgia, Florida, Tennessee y Virginia. Las intensas lluvias y los potentes vientos han dejado a más de 1,3 millones de personas sin electricidad y a numerosas comunidades aisladas debido a la destrucción de infraestructuras y el colapso de servicios básicos como el agua y la telefonía.
Carolina del Norte ha sido el estado más castigado, con 98 muertes confirmadas, seguido por Carolina del Sur y Georgia, reportando 41 y 33 fallecimientos respectivamente. En respuesta a la emergencia, el presidente Joe Biden y la vicepresidenta Kamala Harris han visitado las áreas afectadas, anunciando el despliegue de 1.000 soldados adicionales en Carolina del Norte para reforzar los esfuerzos de socorro. Con un total de 6.000 efectivos en el terreno, se centran en la entrega de suministros vitales a las comunidades más golpeadas. Washington ha declarado el estado de desastre en Carolina del Norte, Florida y Georgia, lo que abre la puerta a una ayuda federal ampliada para afrontar la recuperación tras este desastre natural.
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