El Gobierno de México ha intensificado sus esfuerzos contra el contrabando de combustible, logrando el decomiso de 10 millones de litros de diesel en operativos realizados en Altamira, Tamaulipas y Tampico. Este es el segundo decomiso significativo en menos de una semana, seguido de la incautación de ocho millones de litros de hidrocarburo en Ensenada, Baja California. Las operaciones, encabezadas por la Secretaría de Marina, buscan atacar un problema persistente de contrabando de combustible desde Estados Unidos, conocido como huachicol fiscal, que genera importantes pérdidas fiscales. El esfuerzo de las fuerzas armadas en estos decomisos se enmarca en un contexto de estrecha colaboración con las autoridades estadounidenses, subrayada por la reciente visita de Kristi Noem, Secretaria de Seguridad Interior de los Estados Unidos, quien discutió la cooperación bilateral para enfrentar estos retos.
La ofensiva contra las mafias huachicoleras llega en un momento crucial, en medio de tensiones comerciales entre México y Estados Unidos, como la implementación de nuevos aranceles a productos de la industria automotriz. Además de decomisar grandes cantidades de combustible, los operativos han logrado confiscar infraestructura importante utilizada por las redes criminales, incluyendo un buque, contenedores y equipo de transporte. Por otro lado, la operación también ha puesto el foco en la corrupción dentro de las agencias aduanales, tradicionalmente señaladas por facilitar el contrabando. Las recientes incautaciones buscan demostrar firmeza en la gestión de Claudia Sheinbaum y representar un cambio significativo en materia de seguridad, enfatizando la erradicación de estas prácticas ilícitas, lo que establece un precedente importante en la cooperación entre ambos países frente a desafíos compartidos.
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