El Barcelona ha culminado una semana que comenzó con tambaleos y terminó en gloria tras ganar la Supercopa de España al Real Madrid con un 2-5. Hansi Flick, técnico del equipo catalán, se erigió como el principal artífice del éxito, otorgándole al club su primer título en más de 600 días y la segunda victoria contundente de la temporada contra su eterno rival. La gestión del presidente Joan Laporta enfrentó dificultades inicialmente, especialmente con el caso de Dani Olmo, cuya inscripción fue tambaleante. Sin embargo, gracias a las gestiones políticas del Consejo Superior de Deportes, el Barcelona pudo contar con el fichaje a tiempo para el decisivo encuentro.
La situación de crisis que se albergaba a finales del año precedente, marcada por derrotas en Montjuïc y una moción de censura latente, quedó atrás momentáneamente con este triunfo. Hansi Flick, elegido por Laporta tras confiar en Xavi Hernández sin resultados positivos, demostró ser la elección acertada al transformar y revitalizar el equipo culé en pocos meses. Este logro, más que un título, representa un inesperado chute de moral para el Barça, que encara el resto de la temporada con la Liga, la Copa del Rey y la Champions League en juego. La interacción entre Flick, con su destreza técnica, y el empuje institucional recibido, hayan sido claves en un cierre de semana donde el presidente Laporta podrá abordar a sus críticos desde una posición de fortaleza, aunque con el reconocimiento de que son otros quienes han posibilitado el éxito logrado.
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