La administración estadounidense está evaluando una estrategia para proporcionar misiles de larga distancia a Ucrania mediante un tercero. Según fuentes cercanas al asunto, esta medida busca fortalecer la capacidad defensiva de Kiev sin involucrar directamente a Estados Unidos en el conflicto. La iniciativa se produce en un momento crucial en el que Ucrania sigue enfrentando desafíos significativos en su enfrentamiento contra las fuerzas rusas. La venta indirecta permitiría a Ucrania adquirir los misiles a través de un país aliado, reforzando así su poder militar de manera discreta y estratégica.
Esta táctica podría ayudar a evitar las tensiones diplomáticas que supondría una venta directa, lo que refuerza la importancia de mantener un delicado equilibrio en las relaciones internacionales. A pesar de las preocupaciones por una escalada del conflicto, la Casa Blanca parece estar decidida a ofrecer el apoyo necesario a Ucrania, asegurando que las decisiones se tomen con cautela y se alineen con los intereses de seguridad nacional. Las implicaciones de esta decisión aún están siendo debatidas, y el mundo observa con atención las acciones de Estados Unidos en el complejo escenario geopolítico actual.
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