Este domingo, el cambio de hora que se anticipa podría ser el último si prospera la reciente propuesta del Gobierno español para eliminar esta práctica, que ha sido objeto de debate en la Unión Europea durante años. A las tres de la madrugada, hora peninsular, los relojes se atrasarán una hora, haciendo que el domingo 26 tenga 60 minutos extra. Esta tradición de ajustar la hora dos veces al año busca optimizar el uso de la luz solar y mejorar la eficiencia energética, aunque ha generado controversia en los últimos tiempos.
Durante la última reunión del Consejo de Energía de la UE, el presidente Pedro Sánchez planteó una iniciativa para poner fin a estos cambios en 2026, argumentando que su impacto en el ahorro energético es mínimo y que la opinión pública continental tiende a oponerse a la medida. A pesar de que el Parlamento Europeo había abordado este asunto en 2019, la falta de consenso entre los gobiernos ha mantenido la situación estancada. Además, Sánchez ha señalado que la península ibérica está en un huso horario incorrecto para su ubicación geográfica, lo que ha intensificado la discusión sobre cuál debería ser el horario definitivo.
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