La propuesta republicana en el Congreso de Estados Unidos, que buscaba extender la financiación federal hasta el 21 de noviembre, fracasó en la votación de este martes, quedando con 55 votos a favor y 45 en contra. Para evitar el cierre del Gobierno, que se prevé a partir de la medianoche, se necesitaban 60 votos, lo que evidencia la falta de consenso entre ambas bancadas. A pesar de que algunos senadores demócratas, como John Fetterman y Catherine Cortez Masto, apoyaron la medida, esto no fue suficiente, ya que se requerían al menos siete votos adicionales de su partido.
Ante la inminencia del cierre, la Casa Blanca ya ha instructado a las agencias del poder ejecutivo para que implementen planes de cierre ordenado. Aunque los servicios esenciales como fuerzas de seguridad, el ejército y aeropuertos continuarán operando, hay inquietud sobre el pago de salarios a los funcionarios en estas áreas, quienes podrían ver sus sueldos afectados hasta que se llegue a un acuerdo. La situación recuerda al cierre parcial más prolongado en la historia, ocurrido durante el primer mandato de Trump, que tuvo consecuencias significativas en el funcionamiento de varias instituciones.
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