El reciente encuentro entre Isabel Díaz Ayuso, presidenta de la Comunidad de Madrid, y María Guardiola, su homóloga en Extremadura, en Mérida se ha visto envuelto en controversia debido a una multa impuesta al minibús que trasladaba a la comitiva madrileña. Aunque el autobús tenía autorización para aparcar en la sede de la Presidencia de la Junta de Extremadura, el vehículo fue sancionado con una multa de 200 euros por «órdenes desde arriba», según el policía municipal responsable de la sanción. La situación ha generado críticas por parte del Ejecutivo madrileño, que acusa de persecución a la presidenta Ayuso, en medio de sus recientes declaraciones contra el Gobierno de Sánchez por perdonar la deuda a Cataluña.
El alcalde de Mérida, Antonio Rodríguez Osuna, se encuentra nuevamente en el ojo del huracán después de que se filtraran audios en los que admitía llevar a cabo favores a miembros del PSOE para trabajar temporalmente en el Ayuntamiento y amenazaba a antiguos empleados con represalias laborales si acudían a los tribunales. Rodríguez Osuna tuvo que ofrecer explicaciones públicas argumentando que las grabaciones correspondían a una conversación privada, en respuesta a la insistencia de un trabajador temporal deseando lograr un empleo fijo. Este antecedente, junto con la polémica reciente, ha marcado la tensa visita de Ayuso a Extremadura y ha añadido una carga política al encuentro entre las dos líderes regionales.
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