Elon Musk, hasta ahora director del controvertido Departamento de Eficiencia Gubernamental (DOGE) creado por él mismo, ha afirmado que la entidad se ha convertido en un «chivo expiatorio» en el contexto de recortes de gastos de la Administración federal de EE.UU. Durante una entrevista con CBS, Musk destacó que, en los 130 días al frente del DOGE, muchas personas creían erróneamente que dicho departamento era responsable de la pérdida de beneficios gubernamentales, una afirmación que él considera «completamente falsa». Sin embargo, la gestión de DOGE ha generado una considerable reducción de empleos y la eliminación de programas públicos, lo que ha desencadenado una serie de demandas.
Musk se despidió oficialmente de su cargo en un evento en la Casa Blanca, durante el cual el presidente Donald Trump lo elogió por su labor. El magnate tecnológico indicó que pretende continuar su relación con el presidente como asesor y amigo. A pesar de estar de acuerdo con varias iniciativas de la administración, señaló que existen «diferencias de opinión» entre ambos. Musk admitió sentirse en una posición complicada, ya que no desea criticar abiertamente al Gobierno, pero tampoco quiere cargar con toda la responsabilidad de lo que se decide en la Administración.
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