Carmen Pano, en un reciente testimonio, afirmó que siguió instrucciones directas de Víctor de Aldama para entregar una suma de dinero en la segunda planta de la sede del partido. Este acto se suma a una serie de revelaciones que rodean un presunto entramado financiero en el que se investiga la posible implicación de varios altos cargos dentro de la organización política. La declaración de Pano ha atraído la atención mediática y generado un debate intenso dentro de las esferas políticas sobre la transparencia y la legalidad de las operaciones económicas dentro de los partidos.
Las consecuencias de estas declaraciones podrían repercutir significativamente en la imagen y credibilidad del partido, abriendo la puerta a posibles sanciones o investigaciones más profundas por parte de las autoridades. Este giro de los acontecimientos resalta la importancia de una gestión financiera clara y responsable, subrayando cómo los actos individuales pueden afectar la percepción pública y la estabilidad interna de una organización política. Además, el caso podría sentar precedentes sobre cómo se manejan y auditan las transacciones monetarias en el ámbito político en el futuro.
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