Teresa Ribera se presentó en el Parlamento Europeo para defender su candidatura como vicepresidenta de la Comisión Europea, encargada de la Transición Limpia, Justa y Competitiva, enfrentándose a fuertes críticas del Partido Popular y Vox. Durante la audiencia, se le cuestionó intensamente por la gestión de la reciente dana en Valencia, con los conservadores y ultraderechistas atacando su nombramiento y tratando de convertir el foro europeo en un debate nacional. A pesar de un examen calificado como duro y plagado de ataques, Ribera recalcó la importancia de tomar en serio las alertas climáticas y señaló que la responsabilidad del manejo de la dana recayó sobre el gobierno regional de Valencia, en manos del Partido Popular, que, según ella, no reaccionó adecuadamente a las alertas emitidas.
El contexto político y la estrategia del Partido Popular para retrasar su nombramiento han añadido tensión al proceso. Los partidos socialdemócrata, liberal y verde han expresado descontento con la maniobra, ya que el retraso en la votación supone un desafío para la presidenta de la Comisión, Ursula von der Leyen, en un complicado escenario internacional con conflictos como la guerra en Ucrania y las tensiones comerciales con EE.UU. En medio de estas presiones, Ribera destacó su compromiso de trabajar en equipo y abordó su visión sobre la competencia en el ámbito energético, incluida la energía nuclear, remarcando el respeto a las decisiones de cada Estado miembro sobre sus fuentes de energía en el camino hacia la descarbonización. La situación se mantiene en suspenso con la decisión de posponer la votación hasta nuevo aviso, y la posibilidad de que una caída de su candidatura afecte a otros nominados.
Leer noticia completa en El Pais.