Julián Muñoz, exalcalde de Marbella, ha fallecido recientemente, dejando tras de sí una vida marcada por el escándalo y la controversia. Poco antes de su muerte, volvió a casarse con Mayte Zaldívar, la mujer de la que se había separado en 2003 para estar con Isabel Pantoja. Zaldívar ha asegurado que este nuevo matrimonio no tuvo razones económicas sino de afecto, tratando de disipar las sospechas sobre un posible beneficio patrimonial. Muñoz deja dos hijas y cuatro nietos, pero su legado financiero está empañado por la complejidad de sus asuntos judiciales relacionados con la Operación Malaya y la malversación de fondos, que lo condujeron varias veces a la cárcel y a pagar elevadas responsabilidades civiles.
La herencia de Muñoz es difícil de calcular debido a los múltiples embargos y sanciones judiciales que enfrentó a lo largo de los años. Aunque concedió entrevistas en medios y participó en una docuserie sin recibir pagos, el exalcalde afirmó vivir modestamente de su pensión y negó tener cuentas en paraísos fiscales. La justicia aún rastrea alrededor de 46 millones de euros desaparecidos durante su mandato, que podrían haber sido parte de su patrimonio. En los últimos tiempos, Muñoz vivía en casa de su mujer, junto al novio de esta, Fernando Marcos, y afirmaba pagar mensualmente lo que podía a los perjudicados por sus delitos, insistiendo en que no llevaba una vida de lujo sino adaptada a sus posibilidades económicas.
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