Estados Unidos ha desplegado escuadrones adicionales de aviones de combate F15, F16, F22 y A-10 en el Golfo de Omán, en un movimiento estratégico destinado a fortalecer su presencia militar en la región. La decisión también incluye la prórroga de la misión de su portaaviones en el área, una medida que subraya el compromiso de Washington con la estabilidad y la seguridad en el Golfo, en medio de las crecientes tensiones geopolíticas. Fuentes del Departamento de Defensa han indicado que las adiciones buscan disuadir posibles amenazas y proporcionar apoyo aéreo a las operaciones en curso.
La escalada militar se produce en un contexto de incertidumbre global, donde las tensiones entre potencias y actores regionales han incrementado la necesidad de una presencia disuasoria robusta. La extensión de la misión del portaaviones, junto con el despliegue de los modernos aviones de combate, refuerza la capacidad operativa de las fuerzas estadounidenses para responder rápidamente a cualquier contingencia. Este despliegue adicional subraya la importancia estratégica del Golfo de Omán en los intereses de seguridad nacional de Estados Unidos, sugiriendo una vigilancia continua y una postura proactiva en la región.
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