En el ámbito de las enfermedades digestivas, un avance médico notable está redefiniendo el tratamiento tradicional con cirugía. Se trata de la Endoscopia del Tercer Espacio, una técnica innovadora que está marcando un antes y un después en el tratamiento de las patologías digestivas. Desarrollada originalmente en Japón, esta modalidad ha encontrado un aliado en el Dr. Francisco Zozaya, reconocido especialista del Aparato Digestivo en la Policlínica Gipuzkoa, quien ha implementado esta metodología con resultados prometedores.
La particularidad de esta técnica radica en su capacidad para tratar diversas afecciones del aparato digestivo, eliminando la necesidad de cirugías invasivas. «Este método reduce significativamente el tiempo de recuperación y las complicaciones quirúrgicas, agilizando los tratamientos», asegura Zozaya. Este enfoque menos invasivo permite la extirpación de grandes lesiones del tubo digestivo en una sola pieza, mejorando así el análisis postoperatorio y reduciendo riesgos asociados a los métodos tradicionales.
El nombre de la técnica, Endoscopia del Tercer Espacio, proviene de su intervención directa en la capa submucosa de la pared del tubo digestivo, ubicada estratégicamente entre la mucosa y la capa muscular. A diferencia de las endoscopias convencionales y las cirugías abdominales, que operan respectivamente en el interior del tubo digestivo y la cavidad abdominal, esta técnica explora un territorio hasta ahora menos accesible, con notables ventajas para el paciente.
Dentro de las aplicaciones clínicas de esta nueva técnica destacan dos procedimientos esenciales. La Disección Submucosa Endoscópica permite la extracción completa de grandes lesiones de manera eficiente, mientras que la Miotomía Peroral Endoscópica ofrece una solución eficaz para la acalasia, una afección que compromete el funcionamiento del esófago. Estos procedimientos no solo amplían las posibilidades de tratamiento, sino que también fomentan una recuperación sin precedentes.
La Endoscopia del Tercer Espacio es ya una alternativa poderosa a la cirugía tradicional. Al operar a través de orificios naturales, este método minimiza las cicatrices externas y las complicaciones frecuentes en las cirugías convencionales, permitiendo que los pacientes sean dados de alta en un lapso de 24 horas. Sin cicatrices visibles y con una recuperación notablemente acelerada, el impacto positivo de esta técnica sobrepasa las expectativas, cambiando la forma en que se aborda el tratamiento de las enfermedades digestivas. «Es una técnica muy poco invasiva, y la recuperación es prácticamente inmediata», concluye Zozaya, confirmando la revolución que esta innovación representa para la gastroenterología.