En el competitivo mundo de los negocios, estar preparado puede marcar la diferencia entre el éxito y el fracaso. Preparar una empresa para su venta, incluso cuando no se tiene intención inmediata de hacerlo, puede ser la estrategia más sensata para proteger su valor a largo plazo.
Las ofertas inesperadas suelen llegar con promesas tentadoras, como «7 veces tu EBITDA más un earn-out atractivo». Sin embargo, el entusiasmo inicial puede desvanecerse rápidamente si la empresa no está lista para una due diligence intensiva, convirtiendo el sueño en una oportunidad perdida.
La clave para evitar este escenario es la preparación estratégica. Aunque no planees vender a corto plazo, hay decisiones que pueden fortalecer tu negocio hoy, asegurando que estés listo para cualquier eventualidad futura. Joshua Novick, un experto reconocido en fusiones y adquisiciones (M&A), destaca las «10 cosas que todo empresario debería hacer antes de vender su empresa”, acciones que convierten a cualquier empresa en una organización más robusta, eficiente y atractiva.
Entre las recomendaciones de Novick se incluyen la optimización de operaciones centrándose en procesos sostenibles, mantener registros financieros ordenados y llevar a cabo auditorías externales para identificar cualquier irregularidad. Evitar mezclar gastos personales con los de la empresa también es crucial para una futura negociación más clara y justa.
Asimismo, profesionalizar la gestión es esencial; depender demasiado de un solo individuo, como el fundador, añade riesgos. Formar un equipo directivo independiente garantiza la continuidad del negocio. La resolución de cuestiones legales, como patentes y licencias, y mejorar la presencia digital, son pasos necesarios para presentar una imagen profesional y atractiva a potenciales compradores.
Los ingresos recurrentes continuos y diversificados son atractivos para cualquier inversor potencial. Mantener contratos vigentes tanto con clientes como con proveedores y empleados es fundamental para mitigar riesgos jurídicos y fortalecer la confianza durante negociaciones futuras. Además, un plan sólido para retener empleados clave después de una adquisición puede ser determinante para el éxito de una transacción.
Aunque toda esta preparación pueda parecer innecesaria si no se tiene intención de vender, estas acciones no solo incrementan el valor de la empresa, sino que también mejoran su funcionamiento general. Una empresa bien estructurada no solo vale más en el mercado, sino que también opera de manera más eficiente y efectivamente.
En un mundo donde las oportunidades pueden surgir de manera inesperada, estar preparado ofrece la ventaja de poder evaluar ofertas desde una posición de fuerza. Además, contar con asesores especializados en M&A puede transformar una potencial negociación en un éxito, ayudando a enfrentar cualquier objeción y diseñando estrategias ganadoras.
En conclusión, preparar una empresa para su venta no es una simple tarea de último minuto. Es un proceso prolongado que inicia mucho antes del primer contacto con un comprador potencial. Aquellos que se adelantan y se estructuran adecuadamente no solo obtienen mejores ofertas, sino que también aseguran un funcionamiento más sólido y una tranquilidad invaluable.