La directiva del Frente Amplio, al que pertenece el presidente chileno Gabriel Boric, ha decidido someter a la diputada Maite Orsini a su tribunal supremo tras revelarse que la parlamentaria envió un mensaje a la fiscal Lorena Parra relacionado con las filtraciones en la prensa sobre su expareja, el exfutbolista Jorge Valdivia, quien enfrenta graves acusaciones de abuso sexual y violación. Las acciones de Orsini han suscitado preocupaciones sobre su conducta mientras ocupaba su cargo, tal como indicó Andrés Couble, secretario general del FA, quien enfatizó que su papel debería centrarse en contribuir al esclarecimiento de los hechos cuando así se requiera. Por su parte, la ministra de la Mujer y Equidad de Género, Antonia Orellana, criticó duramente la intervención de Orsini, calificándola de imprudente debido al obvio interés personal que tiene la diputada en el caso.
La polémica se ha intensificado dado que Orsini ya había sido cuestionada anteriormente por su intervención en un incidente policial que involucró a Valdivia, lo cual, aunque no fue considerado delito, sí levantó cuestionamientos éticos sobre el uso de su cargo para influir en procedimientos policiales. Este incidente actual refuerza las críticas hacia la diputada, quien intentó esclarecer su intervención al afirmar que contactó a la denunciante de Valdivia tras conocer la acusación, bajo la intención de ofrecer apoyo. A pesar de las aclaraciones, el énfasis de los críticos, como Orellana, radica en la importancia de mantener la impersonalidad en las funciones públicas, recordando que los delitos sexuales son especialmente delicados debido al estigma que enfrentan las sobrevivientes, lo cual requiere de un manejo particularmente cuidadoso por parte de las autoridades.
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