En un impactante desarrollo de eventos, las autoridades israelíes anunciaron la detención de siete ciudadanos israelíes, incluidos dos menores de edad, por presunto espionaje a favor de Irán. Según un comunicado conjunto de la Policía y el servicio de inteligencia interior, Shin Bet, los individuos arrestados habrían estado involucrados en actividades de espionaje a lo largo de dos años. Bajo la dirección de dos supuestos agentes de inteligencia iraníes, identificados como Aljan y Orjan, los detenidos habrían recopilado información crítica sobre la infraestructura militar y energética de Israel, incluyendo detalles sobre bases de la Fuerza Aérea y la Armada, ubicaciones de baterías del sistema antimisiles Cúpula de Hierro y puertos. A cambio, habrían recibido pagos significativos en criptomonedas.
El contexto geopolítico añade gravedad a este incidente, dado que las tensiones entre Israel e Irán continúan escalando. El 1 de octubre, Irán lanzó alrededor de 180 misiles balísticos hacia Israel en respuesta a la muerte de figuras prominentes como Ismail Haniya y Hasán Nasrala, lo que resultó en daños a una base aérea israelí. Aunque el ataque no dejó víctimas en territorio israelí, se registró la muerte de un palestino en Jericó. Las actividades de espionaje reveladas por los detenidos se considera que comprometen la seguridad nacional de Israel y podrían potencialmente facilitar futuros ataques. Esta situación subraya la complejidad y peligrosidad de la guerra no declarada entre Israel e Irán, caracterizada por una combinación de sabotajes, ciberataques y espionaje, en un marco más amplio de confrontaciones militares en la región, especialmente en Gaza y Líbano.
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